esplendor saqueado trigésimo primer título de la colección
Poética y peatonal.
¿Por qué escribir -o pintar, igual da- sobre iconos de las
civilizaciones y la cultura universal?¿Qué dice ello de nosotros?
¿Admiración?, ¿empatía?, ¿horror ante la pérdida de lo
fundante, de lo mítico?
¿O es acaso más simple, más humilde y pequeño? ¿Podría ser,
acaso, que para dejar testimonio de quien eres o aspiras a ser,
escojas como paisaje y escenario vital aquello que de tan
inmensamente bello te empequeñece hasta la disolución del yo, hasta
disolverte?
La violencia, la violentación, el ocultamiento, son enemigos
poderosos de la verdad y de la belleza. Tanto como el artificio de la
belleza suele serlo de la verdad.
Creo en la ficción, pero en aquella que narra o poetiza la búsqueda
por delante del hallazgo. Más la duda que la certeza.
La diferencia es ética: Arturo Borra no aspira resplandecer, desea
conservar aquello que pueda perdurar ante el naufragio.
Con la palabra incierta del débil, del solo, del uno mismo.
Más atrás todavía, leo "expolio" y pinto. Simple.