Palabras para mi hija vigésimo séptimo título de la colección Poética y peatonal.
Vino
desde el sur austral y ya lo dijo
con
voz oscura, gruesa:
Subiste
tan libre por el aire, oh aprendiz de las cosas visibles y temibles.
Hueso
fue lo que fue llama. El paraíso
y
al fondo el moridero. O aguantamos
o
caemos. Lloramos, todavía lloramos,
por
la abeja sagrada que perdimos.
…
Pasa
el tiempo.
Pasa
el tiempo, y no pasa, con sus tijeras sordas,
cortando
la raíz de la hermosura.
Vine
desde el sur, oh viejo Gonzalo, oh Salvador Negro,
deslumbrado
por el color de lo silente...
Alejad
de mí,
alejad
de mí esa llaga.
G.V.