Aspirantes al Paraíso trigésimo título de la colección Poética y peatonal.
A Sara
Ni siquiera la ternura redime la furia. Ni la belleza el hartazgo.
Ha sido expulsada del día, no de la claridad. La claridad le
pertenece.
-Recuerdas a Porchia, dije:
“El dolor está arriba
no abajo
y todos creen
que el dolor
está abajo
y todos quieren subir”
-No, contestó, no estoy hablando de eso-.
Y se marchó callada, tal como vino, como hace siempre.
Sobre la mesa pan, nueces, un trozo de queso, pinceles...
Este silencio tan asesino.
G.V.
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